Entrevista al editor (con motivo del bicentenario del nacimiento de Karl Marx), Clara Morales, Infolibre, 3 de mayo de 2018.
—¿Por qué elegir las figuras de Bernstein y Schumpeter para arrojar luz sobre la de Marx? ¿Qué nos permiten aprender sobre el pensamiento de un personaje, digamos, tan manoseado?
—Al igual que otros autores que hemos publicado (Raymond Aron, por ejemplo), y, según parece, a diferencia de algunos revolucionarios e intelectuales ilustres, Bernstein y Schumpeter estudiaron a fondo la obra de Marx, y, en mi opinión, supieron extraer de ella aquello que resulta útil desde una óptica liberal, o, si se prefiere, desde esa difusa frontera entre el socialismo democrático y el liberalismo no dogmático en la que se sitúa el catálogo de Página Indómita.
—Bernstein encarna la revisión de la doctrina de Marx. ¿Cómo dirías que ha influido su formulación en el concepto que tenemos hoy de la obra de Marx?
—A mi juicio, el concepto que hoy tenemos de la obra de Marx, más que por Bernstein, está marcado por otras ramas del marxismo. Si queremos buscar la verdadera influencia que Bernstein ha ejercido, su legado, deberíamos mirar más bien a los sistemas democráticos occidentales tal como los conocemos hoy en día, es decir, a ese Estado de bienestar, mezcla de liberalismo no dogmático y socialismo democrático, que parece vivir ahora la mayor crisis desde su asentamiento tras la Segunda Guerra Mundial.
—Schumpeter plantea una oposición entre los elementos que hicieron de Marx un «profeta» (las «armas destinadas al campo de la lucha social») y sus logros científicos, señalando que los primeros a veces le alejan de los segundos. ¿Crees que esta visión sigue siendo relevante para entender al personaje y la recepción de sus escritos?
—Sin duda, muy relevante, sobre todo si tenemos en cuenta la mencionada crisis actual de las democracias liberales. Esa oposición de elementos que mencionas da lugar tras la muerte de Marx a dos variantes del marxismo: una de carácter mesiánico y revolucionario y otra de carácter civilizado y democrático (humanista, si así se prefiere decir). La primera ha conducido en ocasiones a regímenes atroces, mientras que la segunda ha desembocado junto con el liberalismo no dogmático en la socialdemocracia tal como la conocemos. De ahí la relevancia de dicha distinción.
—En general, ¿qué idea crees que tiene el lector medio de Karl Marx como autor?
—Retomando la respuesta anterior, creo que predomina una visión parcial, la de Marx como mesías revolucionario. Como diría otro de nuestros autores, Antonio Escohotado, en los colegios (y las universidades) se sigue enseñando que el socialismo fue una iniciativa comunista frenada por el capitalismo y no el fruto maduro del programa liberal.
—Haciendo un ejercicio de edición ficción, en el caso de tener que (o querer) publicar a Marx, ¿por qué texto optarías? ¿Verías necesario algún tipo de actualización del mismo?
—Me cuesta imaginármelo en nuestro catálogo. Como diría Gabriel Zaid, una editorial es una conversación, la que se entabla entre los autores que conforman dicho catálogo, y no termino de ver a Marx sentado a la mesa con el conjunto de los invitados.
En cualquier caso, creo que cada vez se traduce y se edita mejor en castellano, a ambos lados del Atlántico, así que las nuevas ediciones de Marx que hagan otras editoriales siempre serán bienvenidas.
Un editor gallego en un mar de ensayo, Héctor J. Porto, La Voz de Galicia, 9 de junio de 2015
«Tras casi dos decenios de experiencia laboral en el negocio del libro, el coruñés Roberto Ramos Fontecoba (Devon, 1972) decidió el año pasado hacerse editor. Tras su paso por el consolidado sello especializado en pensamiento y filosofía Herder, se embarcó en una audaz empresa en la que llevaba, por otra parte, buena parte de su vida meditando. «Son ya muchas horas de ocio revolviendo en las librerías», dice. La crisis no fue un impedimento definitivo. Pudo más una voluntad firme, el apoyo familiar y un préstamo del ICO. «Es verdad que antes este campo era patrimonio exclusivo de las élites económicas, pero hoy en día, gracias a los avances tecnológicos, no es necesaria una gran inversión para poner en marcha un proyecto de estas características», asegura para rechazar cualquier acusación de excesiva valentía. En todo caso, había antecedentes en el recorrido vital de Ramos para barruntar algo así naturalmente: como hicieron sus padres allá por los sesenta, emigró al Reino Unido y, en Londres, pasó por la sufrida hostelería antes de emplearse como librero. Ahí, en ese bocado de realidad, se fraguó una vocación que después depuraría en varias librerías, distribuidoras y editoras en Madrid y Barcelona.
»Ya afincado en Cataluña, desvinculado de Herder, y una vez decidido a la inmersión en tan proceloso mar, evaluó el nicho de mercado donde había un hueco más holgado, y ese análisis confluyó con sus gustos personales y su trayectoria profesional. ¿Qué tipo de editora debía montar? Pues una que aprovechase los segmentos que los grandes grupos han abandonado -subraya-, esas líneas editoriales no rentables que han ido sepultando las maquinarias de detección del best seller.
»Es por ahí donde busca Ramos, en el ensayo imperecedero, de poca rentabilidad inmediata pero suficiente a medio y largo plazo. «Títulos atemporales, ya sean novedades o clásicos descatalogados, sin detenerse tanto en el tema de candente actualidad o el libro oportunista escrito por el personaje de turno, y abarcando desde el universo grecolatino hasta el siglo XXI», detalla para negar que su papel sea el de mera escoba que barre los restos de los demás. Trabajará un espacio poco frecuentado también por los nuevos sellos independientes, que han experimentado un bum en la última década, y que están más centrados en la narrativa. Quizá hallará zonas de intersección con Capitán Swing, Errata Naturae, Sexto Piso o Pepitas de Calabaza, pero Ramos ha seguido un trazado impecable, una evolución natural, una coherencia que responde a la labor que desarrolló previamente y durante años en Siglo XXI, Akal y Herder, tres de las casas más prestigiosas del mundo editorial en español en este ámbito temático.
»La clave, a su juicio, está en la calidad. Y eso, dice, puede garantizarse con un objetivo de publicación de un título al mes (dos, a lo sumo). «Para publicar un libro tienes que leer cinco o seis. Si quieres ir a más la calidad se resiente. El tamaño es decisivo -subraya Ramos-. Decía Beatriz de Moura que su gran error con Tusquets fue crecer tanto en los años 80». La regla de oro, insiste, es publicar poco pero trabajarlo bien para lograr penetración en el mercado, para alcanzar visibilidad poco a poco. «Con este tipo de libro, no pensamos cuánto vamos a vender el primer año, sino en un plazo de cinco o diez. Esta clase de editorial habitualmente basa el 70% de sus ingresos en las ventas del fondo».
»Ello no significa que no persiga la rentabilidad e incluso vivir de esta empresa. Hay que valorar que la viabilidad económica histórica en el sector del libro, recuerda, «pasa por alcanzar un margen de beneficio del 4%». Ramos es optimista, rechaza el manido discurso de la crisis del sector y cree que, con paciencia, pueden colocarse 1.000 ejemplares de un ensayo de Página Indómita en una población de 500 millones de hispanohablantes. El problema verdadero del gremio, anota, no es la escasez de lectores -el 65% de los españoles lee al menos un libro al año, frente al 68% de la media europea- ni la piratería -que causa a la industria unas pérdidas que apenas exceden el 3%-; «el problema real no es ni más ni menos que el de la propia sociedad: los altos índices de paro y la situación económica», argumenta para agregar que el libro electrónico es una oportunidad y no una amenaza, ya que considera que ambos formatos son complementarios.
»Como gran antídoto manejará la calidad, coherencia y personalidad del catálogo, que inauguró con un clásico del pensamiento político y económico: Capitalismo, socialismo y democracia de Schumpeter. El segundo título (ya en librerías) es una selección de ensayos de Keynes que él mismo tradujo. Y en el horizonte, vislumbra a Jünger, Solzhenitsyn, Escohotado, Huxley, Koestler, Serge, Tocqueville o Thoreau. Un indómito mar de filosofía, testimonio, narrativa e ideas apto solo para lectores hechos a la navegación más audaz. Feliz travesía.»
Nuevos editores en El Retiro, Daniel Arjona, El Cultural, 29 de mayo de 2015
«Página Indómita acaba de estrenarse en librerías y a su proyecto, el ensayo de calidad de ayer y de hoy, no le falta valor. Apuestan por textos de todos los géneros, épocas y culturas que aporten claves para comprender el pasado y el presente “al margen de jerarquías y dogmas”. Su primer libro es una obra mítica del economista Joseph Schumpeter, Capitalismo, socialismo y democracia. Seguirán Tocqueville, Thoreau, Serge, Huxley, Koestler, Solzhenitsyn, Jünger o Escohotado. El motor del sello es Roberto Ramos, que lleva toda su vida profesional vinculado al libro en Londres, Madrid y Barcelona, como librero, distribuidor y editor. Ramos ha armado la editorial con el apoyo de su familia y un préstamo ICO. Razona que la tecnología ha abaratado costes y reducido barreras pero lamenta que las trabas burocráticas sean “una auténtica pesadilla”. “En cuanto al incierto futuro del sector, la pregunta es si tras la crisis estaremos peor o mejor. Históricamente, cuanto mayor ha sido la información disponible y la velocidad a la que circulaba, mayor ha sido también la necesidad de un filtro. Tal es la función del editor y la que nos motiva”.»